CÓMO RECORDAR UNA CASA Y HONRAR LA VIDA DE NUESTROS ABUELOS: CARIÁTIDE DE LAURA FLORES MORAGA
Por Daniela Véliz Carbullanca
“Por los archivos que sostienen la memoria, por las abuelas y las casas en donde fuimos familia, en donde sentimos primero”. Estas son las primeras palabras escritas a mano que leo al abrir Cariátide, fotolibro creado por Laura Flores Moraga.
Leo una y otra vez “en donde sentimos primero”. Repito esta frase con los ojos, en voz baja y en voz alta. Pienso en mi casa natal, la casa de mi abuela materna en Avenida Pedro Aguirre Cerda, y me recuerdo de unos cuatro o cinco años con las manos en la tierra haciendo bolitas de barro.
¿Cuál será la primera imagen -el primer recuerdo- alojado en la casa natal de quien nos lee?
Cariátide:
Cariátide es el viaje que Laura recorre desde 24 poniente 5717 -la casa en Gómez Carreño que habitó su padre y sus abuelos-, hasta el Sector los Ligustros, A-46, 1511-1 -la tumba en la que hoy descansan Manuel y Elena-.
Laura, lenta, tardía y en suspenso, se detiene en cuatro estaciones: Elegía para una casa en venta; Oh capitán, mi abuelo capitán; Elena de las nieves; y Flores en el jardín.
La lectura avanza y en un riel paralelo corre el archivo familiar de los Flores Moraga. En el camino se escuchan las memorias musicales de Laura, a veces resuenan dentro de ella, otras veces se amplifican dentro del que fue su hogar.
Primera parada: la casa natal
De fondo suenan Los Jaivas, Todos juntos.
N.F. anuncia la escritura de su hija menor, “quien toma el bastón de testificar los sucesos respecto a sus abuelos y al paisaje”, dice el padre.
Gómez Carreño es el tuwün de Laura -su territorio de origen-, lugar donde se enraizó la vida de sus abuelos e hijos.
¿Cómo se recuerda una casa? Laura despliega un imaginario lleno de artefactos, vivencias y afectos. Recuerda sus olores: a cera, a caldo de gallina y a jabón Le Sancy. Recuerda sus objetos: muñecas japonesas y un chancho de fierro. Recuerda su paisaje: desde la repartición de sus habitaciones hasta los tapices. Recuerda su jardín: hortensias, papiros, helechos, cardenales y palmeras. ¿Qué flores serán Laura, su padre y sus abuelos?. Recuerda la extensa despedida: “esta última vez es como un gran domingo y hay que retirarse”. La casa natal está físicamente inscrita en nosotros, decía Bachelard en La poética del espacio.
Segundo desembarco:
Suenan las cumbias de los Discos Fuentes.
Laura escribe sobre Manuel, el Tololo, su abuelo capitán. El capitán Tololo. Marino mercante cuya vida se prolongó en cientos de embarques y desembarques a lo largo de Chile.
¿Por qué lo llamarían Tololo? La pregunta por el sentido de los nombres o apellidos que cargamos es una inquietud de largo aliento. Allí puede estallar una búsqueda inagotable sobre la identidad personal, familiar y territorial.
La libreta de tripulante que aparece en este libro es en realidad un documento de vida, de trabajo y de muerte. Allí se inscribe su nacimiento en un número, su identidad en un nombre, su labor como obrero marítimo, y su último viaje mar adentro.
¿Qué mares habitará hoy el espíritu del capitán Tololo?
Tercer encuentro:
Se oyen los tarareos de Elena “con su afinación de Violeta Parra”.
Laura cuenta sobre quién fue su abuela: Elena de Las Nieves, de Valparaíso, de los Mares y de la Música. ¿Cuántos otros sustantivos caben en una misma vida?
Su abuela Nena trabajó como dueña de casa, sosteniendo el hogar, la vida de sus hijos y su propia vida. ¿Será Elena el motivo del nombre de este libro? Cariátide, nombre que refería a una figura femenina esculpida y que servía como pilar para sostener una construcción.
Laura atestigua su vida con fragmentos fotográficos; con fragmentos de su vestimenta; con fragmentos de los objetos que creó con sus manos; y con la escritura de sus “penas y sus pocas alegrías”.
Elena le enseñó a sus nietas a dibujar un árbol. Hoy Laura pregunta cómo dibujar un árbol familiar cuando “hay documentos que faltan, cuando hay historias que faltan”.
Última estación:
Laura se adentra en el nuevo jardín que habitan Elena y Manuel. Laura honra la vida de sus abuelos atendiendo el espacio en el que simbólicamente descansan.
¿Dónde estará hoy el hogar de quienes han muerto? ¿Qué territorios y qué tiempos vivirán?
Thich Nhat Han, un monje budista, diría que el abuelo Tololo y la abuela Nena hoy son como las nubes.
“Cuando la nube ya no está en el cielo, no significa que la nube haya muerto, la nube continúa en otras formas: como lluvia, nieve, o hielo.
Uno puede reconocer la nube en sus nuevas formas.
Tu amada nube pudo haberse convertido en lluvia llamándote: querida ¿no ves mi nueva forma?
Tu ser amado continúa siempre.
Una nube no puede morir nunca.
Al final de este duelo, Laura escribe: “no hay retorno y yo no sé qué hacer con esta pena”. ¿No es acaso la escritura un camino para construir esa vía de retorno y de restauración?
En El Ensayo de Cristal, Anne Carson nos comparte un diálogo entre una madre y su hija:
“No es como llegar y tomar una aspirina, dije apenas. La doctora Haw dice que el duelo es un proceso largo. Ella frunce el ceño. ¿Qué se saca con escarbar
el pasado?
Oh -abro las manos
¡sobrevivo! La miro a los ojos.
Sonríe. Claro, sobrevives.
Teaser Fotolibro Cariátide:
https://www.youtube.com/watch?v=lp6npbXDKLs
Laura Flores Moraga (1989, Viña del Mar, Chile)
Diseñadora, Diplomada en Historia del Arte y Gestión de Archivos y Colecciones Patrimoniales de las Artes. Se desempeña como hacedora en Corintia, su proyecto de diseño y microeditorial y es autora del fotolibro Cariátide ─autopublicación financiada por el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, 2023─ trabajo en que se traducen existencias y duelos familiares a través de la utilización de documentos de archivo y relatos de la memoria.
Si quieres conocer más sobre su fotolibro o adquirir un ejemplar, ingresa a: https://flordemorada.com/
Daniela Véliz Carbullanca (Santiago, Chile)
Artista visual. Su trabajo artístico se ha desarrollado principalmente en torno a la investigación de problemáticas autobiográficas a través de diferentes medios que registran la propia vida y la de otros. Desde el año 2017 se encuentra investigando sobre su apellido materno, pensando y produciendo la obra Archivo Azul: Carbullanca/Kallfüllanka. Sus labores profesionales se extienden también a los archivos familiares y de artistas, y a la realización de talleres de arte.
Https://www.danielacarbullanca.com